La impotencia ha entrado esta mañana por mi ventana con tu voz acelerada y tus frases sin sentido. Te he dicho que no iba a preocuparme más por ti...pero te he mentido. Por puro egoismo, por mi necesidad de creer que esta vez iba a ser cierto. Y mírame, aquí estoy después de un día en el que te he echado de menos más que nunca... porque ya no te conozco, pensando en la manera de ofrecerte mi ayuda sin que puedas rechazarla.
Pero estoy agotada y me rindo... que las olas enjuaguen tus lágrimas y las estrellas escuchen tus penas porque yo ya me he cansado de llorarte... El polvo te cubre lentamente y esconde lo bueno que hay en ti. La confianza es un arma de doble filo que nos está haciendo daño a los dos y no puedo esperar que un suicida me proteja. Me alejo con miedo de tu mundo. Date la vuelta. Sígueme.
Impotencia. No saber que hacer. Hacer algo que no quieres pensando que es lo mejor (para los dos). Querer conocer, ayudar, estar a su lado. Y ver que no te lo permite.
El cansancio acude y las fuerzas se van. Desear no cometer un error. Desear y temer.
Me ha gustado lo que has escrito. Estoy en la misma situación, aunque yo no me atrevo a alejarme.
Un saludo.
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