Kartoffen salat

Estaria bien saber contar historias, y que los que se quedaron aquí pudieran entender porque he vuelto con una sonrisa de oreja a oreja. Menos mal que tengo las fotos ( las mías y las suyas ). Todos tendríamos que viajar a países en los que las paradas de metro son impronunciables, y cuando llega la comida siempre es una sorpresa, deberíamos hacer de guiris más amenudo, con los planos extendidos por completo, y el tono de voz elevado siempre, por si alguien que hable nuestro idioma anda cerca...y los ojos abiertos, buscando cualquier escusa para sacar una foto.

Y Berlín es una buena ciudad para ello.